Siempre me han impresionado el conjunto de masas que llamamos sociedad, pero no por lo grande, simplemente por la basta e inmensa estupidez que existe en cada individuo. Ustedes pensaran Pablo viene a hablar basura, pero no simplemente es una anécdota, ve por una taza de café ponte cómodo y disfruta.
Hoy por la mañana como es mi rutina, abrí los ojos enciendo mi teléfono, veo las noticias destacadas de Facebook, que muchos dirán cara de libro traducción literal, pero es un libro de rostros.
Me topo un video muy curioso, se presenta un hombre rubio, gordo, caucásico ejecutando el acordeón Vivaldí suena en tan admirable instrumento.
Cada sábado me reunía con mis compañeros de clase, amigos de universidad, ciencias de la comunicación fue la carrera que escogí para ejercerla profesionalmente, nuestra coordinadora de carrera planeo un foro con directores y productores de canal 3.
Todo parecía normal, veo a un hombre delgado, alto de un metro ochenta, su pelo presentaba partes grises, blancas al igual que su bigote, este hombre toma asiento ve al joven publico alrededor de 200 estudiantes, deja a su acompañante tomar asiento, mujer esbelta, altura aproximada de un metro sesenta y cinco, pelo largo y negro.
Estos dos individuos presentan una vasta experiencia en televisión, al parecer no temen hablar con grupos grandes, este sujeto converso, su acento cubano se deja ver, nos pregunta han ¿escuchado a Vivaldí? me quedé estupefacto no tenía una idea, esa misma noche busqué a Vivaldi, nos enseñan a pura verga dirían vulgarmente en mi país. Un silencio incomodo nos acompañó por unos segundos, nos sonríe con sarcasmo, no trato de ofenderlos cada quien tiene gustos diferentes en música, malacates trébol shop les suena.
Un grito al fondo rompe el silencio, la multitud ríe, en ese caso escucharon a viento en contra, rock chapín, ahuevo gritan, el público se emociona, mis compañeros del último semestre y yo permanecemos callados, veo a mi amigo, en pocas palabras este señor nos dijo mulas, incultos, pero todos aplauden como focas.
El grupo se unió, empezaron a gritar nombres de canciones de estos artistas, bromeaban, hacían chistes tontos, fingían voces al fondo, unos reían otros aplaudían, el cubano nos observaba en silencio sonriendo.
Cuan estúpidas pueden llegar a ser las masas. Anécdotas de universidad.
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